El cine inspirador

by - septiembre 26, 2016

Fotograma de la película Cadena perpetua (1994), con Tim Robbins y Morgan Freeman
Fotograma de la película Cadena perpetua (1994), con Tim Robbins y Morgan Freeman

Vas al cine. O en casa. O dónde sea. Miras una película. Lloras, te emocionas, te identificas. Acabas de verla y estás con ganas de comerte el mundo. Crees que eres capaz de lo que sea. Has entendido tu vida de otra forma. A partir de entonces te cambia. Este paso a paso podría ser la sensación que tienes al terminar una película inspiradora. Las hay, existen. Yo he visto unas cuantas y he hablado de alguna de ellas en este blog. El cine es un arte y es universal. Permite que personas de distintos lugares puedan sentirse comprendidas gracias a una película, y eso, es la esencia del cine, o uno de sus pilares al menos. Tras unas entradas un poco más ligeras, hace un tiempo que tengo este tema en la cabeza, y me apetece volcarlo en una entrada y compartirla con cualquiera que quiera leer. Resumiendo las líneas anteriores en una sola cuestión: ¿Por qué el cine nos inspira?

No pretendo descubrir ninguna fórmula universal ni un secreto a voces. El cine nos inspira, y es un hecho. Hay películas que logran tratar temas tan delicados como la depresión, la ansiedad, la discapacidad, la dependencia, la muerte, los abusos o la superación personal. Películas que tocan un poco a la vida, vaya. Entre tanto blockbuster, tanta secuela, superhéroes, magos y fantasía, hay todo un mundo de cine que se atreve a hablar de la vida. Que valientes.

No es sencillo tratar temas que pueden generar controversia o que ya de por sí, son delicados hablarlos en los medios, hay que tener sensibilidad para ello. Ese tacto o manera de contarlo, será lo que defina el éxito o el fracaso de la película, ya que normalmente no se miden por el éxito de taquilla, si no por la crítica y lo que logran calar en el público. Me viene a la mente el caso de Intocable (2011), estimable película francesa que además de que fue un éxito, era una película inspiradora sobre el caso de una persona con discapacidad y otra en una situación precaria, que funcionó en taquilla a las mil maravillas, pero esto no siempre pasa.

Fotograma de Intocable (2011), con Omar Sy y François Cluzet
Fotograma de Intocable (2011), con Omar Sy y François Cluzet

La sociedad actual tiene muchos más problemas de los que estamos concienciados, por eso el cine es una herramienta importante para difundirlos y llegar a todo el mundo, donde no pueden llegar los cursos, los libros, las noticias o seminarios. Lo que una persona con depresión vive, sólo lo sabe ella y su entorno, a lo sumo, o lo que un invidente logra al día a día, más de lo mismo. No se trata de que sean "diferentes", se trata de lograr películas con mensaje. El caso del cine que trata temas como la discapacidad, es desde luego para escribir una entrada aparte. Yo pretendo hablar más bien de aquellas películas que inspiran por tocar valores morales con los que todos podemos sentirnos identificados.

El ser humano tiene muchos valores de los que sentirse orgulloso, pero sin embargo la vida es más dura de lo que nos dicen desde pequeños, a la mayoría. Tenemos vidas acomodadas, en las que nos cuesta desprendernos de algo, por el simple hecho de que nos da miedo. Normalmente se banaliza el concepto de "vida perfecta" en la que uno se siente atrapado. Toda aquella película que logre conectar con los sentimientos que nos mueven, desde el amor a la tristeza, pasando por la amistad, la confianza, la compasión y un sinfín más, bien tratadas, logran emocionarnos. Sin embargo yo me quiero centrar, ahora sí, en aquellas historias que te inspiran.

Billy Elliot (2000), la historia del niño que quería bailar, protagonizada por Jamie Bell
Billy Elliot (2000), la historia del niño que quería bailar, protagonizada por Jamie Bell

La vida es más grande que el cine, o como dice la expresión inglesa bigger than life, que es algo así como "tan grande como la vida", lo que vendría a resumir que muchas veces la realidad supera a la ficción. Somos capaces de lo peor, y también de lo mejor. Esas historias de perdedores, o de personas a las que todo les va mal y que contra todo pronóstico y a pesar de los obstáculos que les presenta la vida, logran salir adelante y superarse. En eso es en lo que nos vemos reflejados. Un ejemplo reciente de una película acerca de la que ya escribí, Eddie el Águila, y justamente basada también en un personaje real: un perdedor que cumple su sueño. Perdedor no es en un sentido negativo, si no en una consecuencia de hechos en los que el protagonista de la historia sale perdiendo. Por eso es tan catártico que lleguen a su objetivo, y a su meta, porque nosotros también lo querríamos. Otro famoso caso, es aquella película de Will Smith que hace llorar a todo el mundo; En busca de la felicidad (2006).

Fotograma de En busca de la felicidad (2006), protagonizada por Will Smith y su hijo Jaden Smith
Fotograma de En busca de la felicidad (2006), protagonizada por Will Smith y su hijo Jaden Smith

El público tiende a conectar con los débiles, básicamente porque una persona a la que todo le va bien, para nada es empático, más bien da rabia. De esta manera, los espectadores entienden el esfuerzo, el dolor que pasa, una persona que empieza en una situación de desventaja, y por eso mismo, al cumplir su sueño, nos identificamos con él y sentimos que al mismo tiempo que ese dolor y esfuerzo puede haber sido nuestro, el éxito también lo es. Se trata de hacer partícipe al espectador de ese camino, de forma que pueda entenderlo y por supuesto, compartirlo. 

De esta forma, y gracias al cine, se consigue que podamos ver una película, y al acabarla, tengamos esas ganas de comernos el mundo y de luchar por nuestros sueños. Empatización, emoción (de la que ya he hablado con anterioridad en el blog) llevan a la inspiración. Y me encanta cuando una película conecta conmigo de esa manera.

Escribiré otra vez sobre este tema, pero tenía ganas de plasmar en el blog alguna de estas ideas que me rondaban la cabeza. Al menos para empezar.

XOXO SoldieRyan

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2 comentarios

  1. Muy bueno este post. Esas esecenas tan memorables, me encantan. Hace pocos días volví a ver "Intocable".

    Saludos!

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    1. Hola Éowyn!
      "Intocable" la dieron hace nada en Telecinco creo, yo también la vi un poquito, que es de esas películas de las que siempre aprendes algo. De hecho, esas son las películas que más disfruto, de las que aprendes y compartes lo que te cuentan. Leía en CINEMANÍA de octubre, que justo el cine es un arte con el que contar historias (como otros artes) para ayudarnos a nosotros y de paso, a los demás. Cuanta razón.
      Gracias por comentar!

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